‘Merinazo’ por la Premier

Victoria y remontada fantástica del Arsenal. El Newcastle se impuso por la mínima en un choque físico para los locales, y eso que el Arsenal fue el que empezó mejor en los primeros compases del encuentro. Nick Pope elevó su nombre para convertirse en leyenda. Hasta cinco balones tuvo que despejar el guardameta. La más clara, una volea de Eze que logró sacarse de encima con una palomita. Para más inri para Arteta, el VAR le negó un penalti muy discutido: Gyökeres cayó en el área tras se derribado por Pope, pero el videoarbitraje negó la mayor, el portero tocó lo justo la pelota. Con el ambiente caldeado llegó el tanto de Woltemade. Un centro suave, su trayectoria incluso parecía escrita, de Tonali para el remate del alemán, su segundo tanto de la temporada. El Arsenal no pudo rehacerse tras el primero.

El segundo acto fue una oda al fútbol total. El Arsenal, renovado por la pizarra de Arteta, dio con la tecla. Ahora sí. Las ocasiones llegaron como agua de mayo. La más clara, un pase bombeado de Zubimendi que remató Timber. De no ser por una brava intervención de Pope, el tanto iba para asistencia de la temporada. El fútbol, inexplicable como pocas cosas en la vida, quiso que el portero Magpie pasara de héroe a villano. Mikel Merino puso las tablas en el marcador con un testarazo, pero lo peor para los locales estaba por llegar. No solo por la lesión de Livramento, que se tuvo que retirar en camilla y entre lágrimas, también por la remontada. En el último minuto de la prórroga, una mala salida del héroe de la tarde condenó a los de Eddie Howe para el tanto de cabeza de Magalhães. Lo dicho, de héroe a villano en menos de 90 minutos. El Newcastle muerde el polvo de la peor manera posible.

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